Casi al borde del desespero, me cuenta una amiga que está agobiada de trabajo. Y es que su Jefa le ha soltado "un marrón".Quizá se trata de un término poco conocido fuera de España, pero para nosotros es muy popular. Demasiado, porque además, suele caernos justo el día que pensábamos salir "un poco antes" de la Oficina.
Marrón: m. fig. "Dícese de aquella tarea, cometido, encargo o situación que resulta desagradable, tediosa o incluso ingrata para el que la ha de desempeñar o soportar. Aplícase también este término a aquella ocupación que, aún no siendo ella misma molesta, si lo son sus condicionantes y situación, tales como tiempo para realizarse o tipo de persona que la solicita"
En resumen: Un marrón (brown) es todo aquel trabajo que nadie desea realizar.
Resulta que existe todo un tratado sobre "el marrón", lo que hace suponer que está más extendido de lo que mi amiga piensa.
El que he encontrado, lo explica en profundidad. Dice en su introducción:
Dependiendo de la situación desde la que se observe, el marrón puede tomar distintas connotaciones:
Desde el punto de vista del jefe:
Es aquella tarea de suma importancia para el desarrollo estratégico de la empresa que ha de ser realizada con el máximo esmero y en el menor plazo posible.
Desde el punto de vista del empleado:
Es el hartarse a currar, normalmente como consecuencia de la última idea genial del jefe, con un trabajo que no suele servir para nada, pero que debería estar listo ayer.
1.1. Agravantes que pueden darse en un marrón
* Urgencia
* Nocturnidad
* Alevosía
* Recochineo
* Inutilidad
1.2. Cómo reconocer un marrón
En general, los marrones se reconocen inmediatamente, pero por si el lector es aún novato en estas lides y tiene dificultades en reconocerlos, se dan a continuación algunas pistas:
* Introducción: Por regla general, la introducción del marrón suele llevarse a cabo por medio de frases del estilo de: "Oye, tú no tienes nada urgente que hacer, ¿verdad?" o "Mira, ha surgido una cosa que hay que resolver esta misma tarde"
* Síntomas: Una vez que el marrón ha caído encima, se le puede reconocer por los siguientes síntomas:
- Nerviosismo y desasosiego
- Ojeras, dificultad para conciliar el sueño
- Mala leche, en función del tipo y plazos del marrón
- Incremento desusado en el número de visitas que tu jefe hace a tu puesto para ver "qué tal"
- Aumento alarmante en el consumo de café
- Salida de la oficina a horas intempestivas con la inquietante sensación de que uno va a casa de visita.
* La prueba del nueve: Si, pese a las indicaciones anteriores, el lector aun no tiene claro sí lo que le ha caído encima es un marrón, puede llevar a cabo la llamada prueba del nueve del marrón: solicítese ayuda a un compañero referente al marrón objeto de sospechas. Si el compañero responde con alguna de las siguientes evasivas: "Es que yo no sé nada de eso", "Es que estoy muy ocupado" (cuando ostensiblemente se ve que no está haciendo nada) o "Mira, a mí no me líes"; puede estarse plenamente seguro de que uno se está enfrentando a un auténtico y genuino marrón.
"Enmarronados" del mundo, en esta página el tratado completo sobre cómo reconocerlos y evitarlos.Desde el punto de vista del jefe:
Es aquella tarea de suma importancia para el desarrollo estratégico de la empresa que ha de ser realizada con el máximo esmero y en el menor plazo posible.
Desde el punto de vista del empleado:
Es el hartarse a currar, normalmente como consecuencia de la última idea genial del jefe, con un trabajo que no suele servir para nada, pero que debería estar listo ayer.
1.1. Agravantes que pueden darse en un marrón
* Urgencia
* Nocturnidad
* Alevosía
* Recochineo
* Inutilidad
1.2. Cómo reconocer un marrón
En general, los marrones se reconocen inmediatamente, pero por si el lector es aún novato en estas lides y tiene dificultades en reconocerlos, se dan a continuación algunas pistas:
* Introducción: Por regla general, la introducción del marrón suele llevarse a cabo por medio de frases del estilo de: "Oye, tú no tienes nada urgente que hacer, ¿verdad?" o "Mira, ha surgido una cosa que hay que resolver esta misma tarde"
* Síntomas: Una vez que el marrón ha caído encima, se le puede reconocer por los siguientes síntomas:
- Nerviosismo y desasosiego
- Ojeras, dificultad para conciliar el sueño
- Mala leche, en función del tipo y plazos del marrón
- Incremento desusado en el número de visitas que tu jefe hace a tu puesto para ver "qué tal"
- Aumento alarmante en el consumo de café
- Salida de la oficina a horas intempestivas con la inquietante sensación de que uno va a casa de visita.
* La prueba del nueve: Si, pese a las indicaciones anteriores, el lector aun no tiene claro sí lo que le ha caído encima es un marrón, puede llevar a cabo la llamada prueba del nueve del marrón: solicítese ayuda a un compañero referente al marrón objeto de sospechas. Si el compañero responde con alguna de las siguientes evasivas: "Es que yo no sé nada de eso", "Es que estoy muy ocupado" (cuando ostensiblemente se ve que no está haciendo nada) o "Mira, a mí no me líes"; puede estarse plenamente seguro de que uno se está enfrentando a un auténtico y genuino marrón.
(Dedicado a Maria Dolores, inmersa ella en todo un "marrón" que la tiene al borde de un ataque de nervios)
Totalmente reconocible. Y la prueba del nueve es infalible.
ResponderEliminar:)
Un beso, querida Almena.
Por desgracia sé reconocer los marrones a distancia... Me caen muchísimos en el trabajo que desempeño..:-(. A veces llegan a través de una frase inequívoca: ¿Me harías un favor? Y tú que eres una persona educada vas y contestas ¿Cómo no? con un rictus de pánico en el semblante, pero quién le dice al jefe: "Depende de lo que me pidas" jajajaaa. Y te dices a tí misma, mientras tu trabajo de otros colores se acumula en la mesa que en la próxima reencarnación no serás funcionaria y otras estupideces por el estilo. Cuando lo terminas, el jefe te lo agradece muchísimo y te dice que está desbordado de trabajo, etc... etc... Y tu mesa con papeles que llegan hasta los fluorescentes, pero claro... Pa eso estamos...
ResponderEliminarEn fin, mi más encarecida solidaridad con Mª Dolores
Besitos :-)
Cuántos marrones me han caido?
ResponderEliminarHasta que llego el nuevo, me caian todos, ahora ya los comparto.
Besitos.
Es que los marrones son tan...marrones, que nos caen hasta a los que como yo no tenemos jefe: las amas de casa.
ResponderEliminarClaro que eso de no tener jefe es una utopía, porque todos en tus contornos, luchan por gobernarte...
Curioso post Almenita.
Besitos
Yo tenía un compañero que andaba arriba y abajo siempre con un papel en la mano. Todos sabíamos que era el mismo papel y que el tío no hacía nada. Como nos hacía gracia, (y él tampoco nos servía para nada, esa es la verdad), lo único que le decíamos de vez en cuando era que cogiera otro papel que ése ya estaba amarillo. Pero ni inmutarse. A lo suyo. Y te digo esto porque era el único en que jamás reparaba el jefe, y por cuyo motivo nunca se comió un marrón.¿Era tonto él o el jefe? El jefe, claro.
ResponderEliminarPero son tácticas que sólo funcionan en según qué sitios.
Marrón la mañana es marrón
ResponderEliminarel sol si le llamo se irá
se detendrá sobre mi el marrón
y así hasta que le diga;
¡Pero narices jefe! ¿no sabes que se me ha puesto de parto la suegra, anda dáselo a otro que me tengo que ir?
Besitos azulados
Y yo que prefiero los marrón glaçé, mucho más digeribles que los otros.
ResponderEliminarHoy ya me quité un marrón de encima y descansada toda oiga ;-) :)
Besotes
Servidora distingue los marrones cuando se acercan con un "...convendría, cuando tengas un momentito...": no me fallan. Lo peor es que a pesar de los años no aprendo a dar un no por respuesta. Que me los como todos, vamos!.
ResponderEliminarMe has hecho reir un montón. Vaya que no ha sido precisamente un marronazo leerte.
ResponderEliminarBesos
y a mi en un ataque de risa en el curro, así que si no me ando con ojo me va a caer un marrón.
ResponderEliminarMuy diver, un besito
AY! que se yo, hasta parece menos marrón con tú dedicatoria y apoyo moral.... Gracias
ResponderEliminarUn aplauso para tí, :-)) la explicación es completísima incluso con la visión de los distintos ángulos, jefe-empleado, eres genial.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué bueno.. ;;)) A mí me ha caído alguno también, sisis me he reconocido en alguna frase;)
ResponderEliminarPero me hiciste reir un montón niña!
Un abrazote
Has esculpido con palabras un color que tiene la virtud de no ser de los más bonitos. una obra de arte. Besitos Nina
ResponderEliminarYo creo que estoy metida ahora en un marrón...y no logro dar con un programa para pasar una presentacion de power point a un cd para de ahí poder llevarlo a reproductor de dvd, para agregarle musica y efectos...(.,.)
ResponderEliminarMe pasaron este marrón..
estoy enmarranada y el que me desenmarranare un buen desenmarronador será :)
bss Almena
marrón, una sombra de lo que para muchos es un privilegio, el trabajo.
ResponderEliminarque mal, no?
Ja,ja,ja... mejor no mentar la ley de Murphy.¿Hace un marrón glasse?
ResponderEliminarUn besín
La prueba del nueve es muy buena. Si se cumple, seguro que es un marrón.
ResponderEliminarUn abrazo
Soy vuestro Jefe. ¡Os vais a enterar!
ResponderEliminarAsí que escribiendo en horas de trabajo y encima acusándome de "marronearos".
Mañana, jornada doble.
Hala.
¡A trabajar! ¿Acaso tengo que levantar yo sólo este país?
Vaya marron me puede caer por leerte en horario de oficina, ssssssss que no se enter nadie.
ResponderEliminar:)
Un abrazo
Buenísimo!!. ¡Cuántos "marrones" nos caen a diario!
ResponderEliminarUn saludo
Buenísimo!!. ¡Cuántos "marrones" nos caen a diario!
ResponderEliminarUn saludo
Yo me como muchos, ya estoy acostumbrada y han llegado a formar parte de mi dieta diaria.
ResponderEliminarUffsss cuantos marrones no han caído y uno ingenuo
ResponderEliminarBesos
Algunos son tan inútiles "inventar la rueda dos veces". No tenía idea que había un término para eso tan conocido. Sólo lo llamamos "cachos"
ResponderEliminarMe ha encantado tu estudio sobre el "marrón", me ha hecho reir. Y es que claro, me veo en esas tantas veces... Besos sonrientes.
ResponderEliminarYo creo que para enmarronar hay que servir. Yo puedo hacerlo, pero cuando lo intento se me ocurre que debíamos hacerlo entre todos, y me enmarrono yo también. No puedo cargarlo sobre un solo sujeto.
ResponderEliminarCreo que no es solo en el trabajo, también en la vida hay quien adora enmarronar a alguien y hay gente que no puede decir que No.
Menudo marrón tengo yo también, cono eso de ser secretaria de la comunidad de vecinos, cada día una copla....besos
ResponderEliminarah te pongo un correo preguntándotr algo
Ay! pobrecita, dale un besito de mi parte..
ResponderEliminarEsta entrada es providencial, querida Almena. Estoy sumergida en un marrón laboral de campeonato, en el que se suman todos los agravantes que nombras, pero en el que el más sobresaliente es el de recochineo. Que es lo que verdaderamente jo**.
ResponderEliminarMuy buen post. Parece una guía de supervivencia. Besos!
Queda por mencionar el “marronazo”, que es un marrón superlativo, con todos sus agravantes aumentados a la enésima potencia.
ResponderEliminarUna curiosidad, se llama marrón porque es del color de la mierda, que diría el siempre inspirado Álvaro de la Iglesia.
Besos, Almena
Saludos desde el Caribe, Zenia en:
ResponderEliminarhttp://imaginados.blogia.com
Curioso. Jamàs lo había escuchado, aquì le decimos "tiñosa" (ave de rapiña).
Gracias por la información...niña ojo con tu jefe!!!! que va de anónimo por allí;)
ResponderEliminarBesitos.
Se lo voy a pasar a mi jefe, a ver que le parece...
ResponderEliminarReal como la vida misma.Estupendo texto.
ResponderEliminarBesos
Ahí sumida en un inmenso marrón me hallo yo desde un tiempo acá, a la espera que los colores de la navidad sean capaces de opacarle, jejeje.
ResponderEliminarMaravillosas y muy curiosas tus informaciones almena, gracias.
El marrón me persigue...no pude escuchar su sonido brbrbr, jeje
Un besazo y buen domingo
Yo procuro huír de los marrones como si del diablo se tratara.
ResponderEliminarAún me estoy riendo con el tratado y todo lo que nos cuentas a propósito de los famosos marrones...
ResponderEliminarEspero no tener que "comerme" muchos esta semana. Me acordaré de tu post en cuanto me caiga el primero...
Amiga gracias por tan buena explicacion del " marron", lo tendre en cuenta ahora que pienso irme a vivir a tu pais.... ejjeje
ResponderEliminarbesos
Olvido
P.d: Tu amiga pobre , otra mujer al borde de un ataque de nervios... jejeje
Pa marrón, y marrón oscuro además, el que me ha caído a mí con la compra de regalos de tooooodo quisqui para esta Navidad.Y sin ideas previas: ala, tu lo piensas y tu lo compras que ya te lo pago yo luego.
ResponderEliminarDe los del trabajo mejor no hablo.
Haré votos para que el Dios de los ateos te regale una piel impermeable a todos los marrones, que te vuelva imperturbable a ellos y que te haga fuerte y animosa para rechazarlos sin que ninguno te llegue al corazón.
ResponderEliminarUn abrazo entrañable
Hannah
Jajajaja, buenisimo, yo tengo alguno de estos. Añadiría un detalle: los marrones no suelen tener solución, son cosas imposibles de resolver que se asignan al "cabeza de turco" (vease el tratado sobre las cabezas de los turcos).
ResponderEliminarUn besazo
Aaaah! con que eso era..
ResponderEliminarTienes un asiento reservado para un tren muy especial, MI TREN DE NAVIDAD....
ResponderEliminarEspero que te animes a subir, te estaré esperando en "mi estación".
Besitos de mazapán.
Te deseo felices fiestas y prosperidad en todos los sentidos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
bohemiamar.
cuidado con los marróns...
ResponderEliminaryayayya
feliz navidad/natal
beijos
Oh no, si ahora tenemos que ir en busca de la historia del cabeza de turco, tamos apañaosss ;)
ResponderEliminarEn otra ocasión, jiji!!
Besitos.
Lamento contradecirte.
ResponderEliminar"Marrón" es una palabra que salió del ambiente del porro y que paulatinamente se ha popularizado.
Se trata de los restos de chocolate y tabaco caídos al liar.
"No me vayas a dejar el marrón en el sofá" es una frase cuasi prehistórica.