"La sombra del alcaudón"

La poesía de Aurora García Rivas, comentada ya en algunos de mis post anteriores, de nuevo es hoy la protagonista.
"La sombra del alcaudón" es el título de su último libro de poemas, Premio Ateneo Jovellanos de Poesía 2007 y presentado el pasado día 2 de octubre por Carmen Bobes, Presidenta del Jurado y Catedrática de Teoría Literaria de la Universidad de Oviedo.

En su prólogo, nos dice Aurelio Gonzalez Ovies, Vicedecano de la Facultad de Filología de la misma Universidad:

(...) Magia. Tal vez se trate de magia: disponer tan acordes las palabras convencionales -silencio, cuarto, noche...- y dotarlas de extrañeza; dar expresión y rasgos, sin rebuscamientos ni artificios, a imágenes tan limpias -el aroma frutal de la mañana; la carretera / que ondula más allá del horizonte-; conseguir una sintaxis sosegada y natural, para enunciar el desorden y la gravedad que García Rivas, como ente vivo, sobrelleva en su yo exhausto, pero susceptible al asombro (...)
Magia, arte, hechizo o poesía, llámese como se quiera. Poesía tenaz, eterna y salvadora: ceguera y clarividencia. (...)

Pero nada mejor que la lectura de uno cualquiera de sus poemas para apreciar la veracidad de tan merecidos elogios:

Me quedé rezagada tantas veces,
envuelta en la quietud
de un momento de magia entre dos luces,
pegada al viejo carro que gemía
lentamente entre surcos y vencejos,
la testuz de los bueyes humillada
de sol crepuscular...
Y un alivio infinito era la noche
y la luna encendía de luciérnagas
el juncal y la orilla
del río se extendía hasta la casa.

Ahora velo las noches del insomnio,
áridas como grava entre los dedos,
y vuelvo a la penuria
de los cuartos menguantes de la luna.

O ese poema delicioso que dedica a su nieta Sara:

Intentaba descifrar el misterio
de los números.
Cuántas son diez más diez
y por qué veinte resulta ser
de cuarenta la mitad.
Pero anochecía y los mirlos
se despedían de la luz...
Entonces comprendí que diez
son las manzanas que cuelgan
del otoño,
que, con otras diez, son justamente
la mitad de las cuarenta
que me caben apretadas en la falda.

Una vez más, mi satisfacción por poder felicitar a Aurora por su trabajo, y por tener la oportunidad de compartirlo aquí para disfrute de cuantos leen.