El "cánon de la corbata"

No sé cómo interpretarlo. Si como un atentado contra la elegancia masculina, como un afán recaudatorio, o como una concesión al deseo tan generalizado de los hombres de hacer desaparecer la corbata de su atuendo formal.

Lo cierto es que la corbata corre peligro. Sí. Primero fue el cánon digital y ahora -si los grandes almacenes no lo remedian- se avecina el "cánon de la corbata".

De momento, sólo es en Hungría. Y ha sido una mujer, la Ministra de Cultura, la que ha tenido la feliz idea de aplicarle un impuesto.

Las corbatas y los moños son creados por diseñadores que son artistas, y en
consecuencia, parte de sus ganancias deberían respaldar a las artes y la cultura
de Hungría.

Así mismo se ha expresado María Schneider, la señora ministra, que propone un impuesto del 0,8% sobre las ventas de este adminículo. Moños y corbatas ingresan en las artes y la cultura.

Descorbatados y desmoñados los húngaros... ¿cuánto tardaremos nosotros?

¡Si es que son insaciables!

Aquí lo cuentan todo.

Apostilla Kike Sabaté con su gracia habitual:

Tiempos son de tonterías
de absurdas y chabacanas
decisiones cuasi insanas
es el signo de los días
por llenar sus alcancías
se muestran tan atorrantes
que de corbata y turbantes
de moños y otros supuestos
del arte piden impuestos
¡qué golfos y qué tunantes!

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