
Él. Dispuesto a dar sombra, a cobijar de una llovizna, a dar resina y frutos, y a ser hogar de gorriones. Incluso a permitir que algún can "levante la pata" justo a su lado. Dispuesto a convertirse en soporte sobre el que podamos comer, o descansar, o escribir...
Dispuesto desde siempre a ser pancarta que anuncia a los cuatro vientos el amor que alguien quiere expresar. Y dispuesto, como en la foto, a ser anuncio de quienes lo "buscan" (sí, yo también lo leí sorprendida).
Sólo una verdadera enajenación mental o un interés egoísta y desmedido podría inducir a su destrucción indiscriminada en forma de fuego. De ese fuego que este verano ha asolado tanto bosque y que nos deja por generaciones huérfanos del patrimonio de su sombra acogedora.
Siento impotencia ante esos hechos. ¿Qué puedo hacer? ¿Qué se puede hacer? ¿Nadie puede hacer nada?
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Cordiales saludos de "regreso" a todos.
Cordiales saludos de "regreso" a todos.
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