Sanabria - almena-2004
Él no pidió ser cardo que lastima la mano que lo toca.
Él no engañaba.
No se vestía de los atractivos colores de la rosa
que te atrae para clavarte sus espinas.
Él no engañaba.
No se vestía de los atractivos colores de la rosa
que te atrae para clavarte sus espinas.
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