Lunita, luna

Era el día 9 de septiembre y la luna se mostraba impúdica en toda su redondez.

Por más que yo lo había intentado, nunca antes permitió que mi cámara reflejara su figura así, redonda, plena, magnífica.

Esta vez sí. Ella, cantada por casi todo poeta, me dio esa satisfacción.

Jaime Sabines le otorga cualidades mágicas en su poema. Ella es como una pócima que cura todos los males.

"La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir"

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HACE UN AÑO EN COSAS NIMIAS: En la calle, en cualquier calle