04 enero 2009

No sólo los Magos

No sólo los Magos son portadores de ilusiones infantiles. Hacia los 8 ó 9 años, la pérdida de un diente de leche , colocado bajo la almohada mientras se duerme, hace venir al Ratoncito Pérez, que lo cambia por un regalo. Se me ocurre que todos podemos recordarlo, ya que la pérdida de un diente suponía todo un acontecimiento.

Este personaje de sueños infantiles tiene su historia:
A finales del Siglo XIX, teniendo 8 años el futuro Rey Alfonso XIII, se le cayó su primer diente. Doña María Cristina pidió al
Padre Coloma, muy querido en Palacio, que con tal motivo escribiera un cuento para su hijo.




Y así nació la historia del ratoncito, al que el Padre Coloma situó viviendo en una caja de galletas de la antigua Confitería Prast en el número 8 de la Calle Arenal de Madrid.

Y me sorprendió encontrar que, en tal lugar, el Ayuntamiento de Madrid ha colocado la placa que lo recuerda y que me encantó fotografiar.

En este enlace, los Amigos del Foro Cultural de Madrid cuentan con todo detalle el origen de esta historia.

Y es que, cualquier motivo es un buen motivo si consigue que ilusión e imaginación estén siempre vivas en el corazón de un niño.
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24 comentarios:

Abedugu dijo...

Me encantó tu relato de hoy porque yo recuerdo con cariño al ratoncito Pérez, lo que desconocía era la historia de como surgió este personaje.
:-) Está claro que cuando vuelva a Madrid no dejaré de echar una ojeada a todas las placas de las calles y me acordaré mucho de ti.
Un abrazo

AleMamá dijo...

Pasea, pasea, Almena... por favor, y sigue contándonos las tradiciones tan ricas que Uds tienen ahí a la mano.

Feliz año 2009, y no nos abandones tanto, te extrañamos cuando te ausentas del blog

Franziska dijo...

Desconocía el cuento del padre Coloma. Acabo de leerlo y es muy típico de la sociedad y de la época en que se escribió.

Es curioso ver cómo nacen algunas leyendas. Un niño de 8 o 9 años ya no es tan pequeñín como para tragarse la historia del ratoncito Pérez pero, lo más curioso, es que funciona. Parece que aún a los 8 años todo lo mágico se acepta como normal pero,sin embargo, esa etapa está llegando a su fin.

Anca Balaj dijo...

Este post me ha recordado a mi sobrina (ahora ya mayor) que cuando descubrió la verdad sobre los Reyes Magos se echó a llorar a moco tendido y dijo: "ahora dirás que el ratoncito Pérez tampoco existe!". Lástima no haberlo sabido para enseñarle esa placa en aquel momento, por prolongarle la ilusión un año más.

Besazos

koffee dijo...

Mira que lo suponía! claro: era un cuento!, por éso aunque tuviéramos gato, había regalito igualmente...

Blog de alma dijo...

jajajaj...qué bueno, ahora se lo enseño a mi hija y a va a flipar.
Feliz Año
Un besote

Anónimo dijo...

Que grandes recuerdos, con el ratoncito, je saludos.

Anónimo dijo...

Que buena idea colocar ese cartel...¡vaya que sí!.
El Ratoncito Pérez consigue siempre poner ilusión en un momento pelín complicado(que perder un diente no es cualquier cosa pardiez)así que merece todo nuestro reconocimiento.
Algo había oído sobre su origen y me parece realmente precioso que regalase un cuento (que ahora nos hemos vuelto más materialistas).
El día que vaya por Madrid no voy a dar a basto para buscar tus "carteles".
Un abrazo y feliz año.

Anónimo dijo...

Que recuerdos me trae! la noche que esperaba al ratoncito,procuraba que el peso de mi cabeza sobre la almohada fuera mas liviano para facilitar su labor de sustitución del diente por el regalo...
Besos
Pizca

Isabel Barceló Chico dijo...

Genial este recordatorio que nos has hecho. Y me ha gustado mucho el reportaje sobre el ratoncito Pérez al que nos ha remitido, destila afecto y mucho aprecio por nuestro patrimonio cultural y, sobre todo, sentimental. Me quedo con una sonrisa. Un abrazo muy fuerte, querida almena y feliz año.

Anónimo dijo...

Entrañable Pérez -o su versión como hada de los dientes-, relato que traspasa cualquier tiempo para seguir formando parte de ese ramillete de historias fantásticas que amenizaban -y continúan haciéndolo- la niñez.

Desconocía la relaciónn del P. Coloma con el dentudo personaje. Nunca es tarde, pues, para descubrir los entresijos de los mitos infantiles.

Saludos con un leve toque marfileño.

Lisola dijo...

No sabes los recuerdos tan gratos que me trae leer tu relato. Recuerdo la carita de mis hijos, sus ojos y su nerviosismo ante la llegada de este personaje tan entrañable. Al igual que recuerdo hoy su felicidad ante la llegada de los Reyes Magos...aunque mayores, esta noche también será especial para ellos.

Te he dejado un regalo en mi blog

Espero que sea de tu agrado.

Lisola.

http://satandice.blogspot.com

Anónimo dijo...

Todos tenemos buenos recuerdos del ratoncito Pérez.
No tenía ni idea del autor del cuento y mucho menos de esta placa. Gracias por la información, se la contaré a mis sobrinas, unas verdaderas fans del ratoncito Pérez.

Besos y feliz noche de Reyes.

Anónimo dijo...

Pero el ratoncito Pérez es un invento?
Siempre me dejaba, de esto hace muuuuuchos años alguna cosita debajo de mi almohada.
Claro que ahora se ha olvidado de mí.
Precioso relato, desconocía su historia.
Un abrazo

Ogigia dijo...

¡¡¡¡Te leo!!!!!!!!!!!! aunque sea con dentadura postiza, juas

Anónimo dijo...

Me encantó el escrito del Ratoncito Pérez :)

Unknown dijo...

Ummm pues no sabía su historia que curioso, la verdad es que es encantador toda la ingenuidad y ternura que puede suscitar el que a los niños se les caigan sus primeros dientes y crean candorosamente en el ratoncito Pérez, a mi hija pequeña le sentó muy mal enterarse de que no existia y aun recuerdo sus llantos incontenibles.

Un beso

Noemí Pastor dijo...

Una de las placas más bonitas que he visto nunca.

Tanhäuser dijo...

Me encanta pasar por tu casa, Almena. Cada día nos sorprendes con alguna historia maravillosa como ésta.
Nunca me cansaré de repetírtelo: eres genial.
Besos

PIER dijo...

Que nais..esta historia no sabia que en madrid existiera una placa..y que diga su nombre.. me apetece llevar a mi sobrinito para que la vea.. sii.. jo! mola.. me ha gustado muy curioso la verdad..

abrazos..

Chela dijo...

¡Que estupendo conocer algo más sobre el ratón Pérez! No tenía ni idea de esa interesante historía (ampliada en el enlace) sobre el personaje encantador de nuestra infancia que se llevaba de debajo de la almohada nuestros dientes de leche para dejarnos, a cambio,un pequeño regalito...

Lástima que ahora de adultos no nos dejará unos estupendos dientes de recambio para los que nos vayan fallando, y no tener que ir al dentista donde yo estuve precisamente esta mañana para retocar los mios!, ja,ja.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Ahora todo me queda claro, entiendo de mejor manera.. me haz transportado al pasado. Muchas gracias.

Ángela dijo...

Es uno de los momentos más emocionantes en la vida de un niño, porque no está marcado por fechas obligatorias de regalarles algo.
Me encanta que lo hayas recirdado.
Muy feliz 2009, Almena. Un besito.

Anónimo dijo...

Muy bonito me encantó ver tu post de hoy. Siempre me hacen ilusión las historias de niños. besos