De corazón de árbol
que un día al son del viento acompañara.
De hueco corazón
cuyo latido
hoy es sonido que escapa entre los dedos...
que un día al son del viento acompañara.
De hueco corazón
cuyo latido
hoy es sonido que escapa entre los dedos...
Golpe a golpe alegría de danzantes
en la campiña de festivas tardes,
o rítmico compás de un zapateo
con sabor a "tablao"...
fenicia castañuela
Llegaron de otras tierras, los fenicios las hicieron sonar aquí por vez primera.
Unas lucen hermosas filigranas, fruto de la navaja de algún pastor ocioso en las eternas horas en que pastaba el rebaño. Alguna tosca pero amorosa mano e infinita paciencia las labraron.
Seguramente, acompañadas de flauta y tamboril, alegraron las fiestas de un pueblo castellano. O quizás el baile de unas bodas.
Hoy reposan, calladas, calladamente bellas. Se muestran tras vitrinas a la curiosidad del visitante, para disfrute también de su hermoso silencio.
Yo las vi. Gritaban silenciosas. Y me las traje para que pudierais verlas. Estaban aquí, en la Fundación Joaquin Díaz (si pinchas en su imagen, te muestran más detalles)
18 comentarios:
Me han fascinado toda la vida y jamás he tenido algunas que no fueran de juguete.
Preciosas.
Fijate mi ignorancia, Almenita, yo pensé que eran exclusividad el flamenco:):)
Gracias por esta lección.
Tengo unas castañuelas (palillos*) que me las hizo mi padre. Deberían ser herencia de las tres hijas, pero yo las tengo a buen recaudo:):)
*Aquí, al menos en mi pueblo, se las llama palillos. Los palillos de flamenca:) También hay un taller municipal donde se puede a prender a tocarlas.
Besos
Qué bonitas, Almena, no sabía que hubiera joyas así. De verdad merecen estar expuestas como obras de arte. sería hermoso conocer la historia de cada una de ellas.
Un beso.
Siempre me gustó el sonido de los instrumentos de percusión, que imitan al trueno o al repiqueteo de la lluvia sobre diversas superfícies.
El de la castañuela es alegre, como una carcajada. Tal vez de ahí viene el dicho: "Más alegre que unas castañuelas". Me recuerda el croar de las ranas en un estanque, un dia de fiesta grande en la naturaleza.
Desde hoy, me recordaran historias lejanas en el espacio y en el tiempo. No sabía de su origen fenicio.
Es genial lo que nos muestras, Almena!
Un abrazo.
Gracias por tu visita a mi blog, Almena. Muy musicales tus castañuelas. Me pasaré por aquí.
Como disfrutaria nuestro mututo amigo Miguelito viendo estas "joyas". Buena investigación, Almenita.
Besos.
Me ha encantado la sensibilidad con que has abordado este tema, querida almena.Y, de pronto, he pensado que la señora Imilce quizá las conoció e incluso, en esa lejana juventud cuyos detalles calla, pudo hacerlas sonar. Preciosa entrada. Un abrazo muy fuerte.
Como si acabara de descubrirlas.
Que alegria me diste...volví y estabas.Un abrazo.
Cuánta historia -y poesía, en tu crónica- la de este humilde y artesanal instrumento... Pulgaretas, las llaman en mi pueblo.
Y ese soniquete -tap, tap, taptap- adaptado a cada territorio, que las convierte en embajadoras de la tradición y en apéndice necesario de las rítmicas manos que tamborilean los dedos en el cantarín vientre de la trabajada madera.
Saludos -con doble repique, silencio y bucle-.
Vaya colección!!
Me gusta ver ese tipo de cosas, nos hablan del paso del tiempo y de nuestra historia. muy interesante.
;)
Son preciosas, aunque nunca he sabido tocarlas, me encanta oirlas. Besos
Ah, no sabía que eran fenicias, gracias por la información
Ciertamente musicales estamos.
Perdone el retraso en la visita...causas ajenas a mi voluntad.
Las mías están ya en buenas manos, y mejores los conciertos que me toca padecer a mí ahora ;-)
Beso!
¿No eran "palillos"?
Tamaño desencuentro nos llevamos, cuando decides regresar, yo me quedo sin conexion, se rompe una maquina, con el calor tropical cambio climatico mediante salta el sistema electrico y la electricidad y conexion van y vienen, se inunda la ciudad y sonamos de nuevo (la derecha decia que esto lo iba a arreglar, jaj...)y ahora 'la chiquita' por fin empieza a dar frutos en la red. O sea, por fin nos reencontramos con las calles de España, el perro Paco, y las castañuelas, ¿asi que fenicias? ¿las habra llevado la Reina Dido? a preguntarle a Isabel!
Me encantan las fotos, y tus palabras, amiga...me traen el recuerdo de ese sonido especial y mi madre pulsándolo...
Hay que ver, un instrumento tan pequeño y con tanto que decir, hablan por si solas. Siempre comparé su lenguaje con el del abanico, pero me quedo con ellas por lo mucho que llegan a expresar.
Un besito!.
No conocía su historia, ni tampoco que existieran tantos tipos.
Yo siempre las he visto en las manos de los joteros de Aragón.
Saludos
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