No sé si habrá alguien en España que ignore quién es Miguel Delibes pero... ¿habrá muchos que conozcan a Eduardo Jordá?
"De vez en cuando lo veíamos (se refiere a Don Miguel) en una breve aparición televisiva en su casa de Valladolid, amable, modesto, cortés, exhibiendo esa educación anticuada de los señores que llevan chaquetas de punto de color aceituna y son catedráticos jubilados de Derecho Mercantil y tienen diez o doce hijos.¿Hay una ciudad más triste que Valladolid? Una lluviosa noche de otoño di un paseo por la ciudad, y me pregunté en cuál de aquellos sombríos balcones con mirador estaría la casa de Delibes. Si alguien ha crecido en una ciudad luminosa como Palma, las calles estrechas de Valladolid le producen una incómoda sensación de ahogo. Uno se imagina a las solteronas espiando tras los visillos, al señor cura yendo a comprar papel de liar cigarrillos y comida para el perro, al boticario leyendo novelas pornográficas en una habitación cerrada con llave, y al registrador de la propiedad apuntando desde su despacho, con su nueva escopeta de caza, a las mujeres enlutadas que salen de misa. Valladolid no es esa clase de sitio en el que uno desearía nacer."
Curiosa forma de "homenaje escrito" al querido autor vallisoletano. (Y "curiosa" es el más moderado eufemismo que se me ocurre, ya que este blog tiene por norma huir de la controversia).
No soy de Valladolid, pero estoy segura de que Don Miguel, o cualquier vallisoletano, o cualquiera que conozca la ciudad, discreparía vivamente de las afirmaciones de este señor Jordá. Yo no lo haré aquí. Su firma en el artículo de marras ya es suficiente baldón.
ACTUALIZACIÓN
Con el ánimo dispuesto para la comprensión, he acudido a leer este nuevo artículo del señor Jordá que Una Mirada nos facilita en su comentario. Pero no, mi esperanza era vana. El señor Jordá se reafirma y lo empeora cuando se disculpa:
"Cuando escribí el artículo, yo estaba pensando en la ciudad provinciana de los años 40, en la que todo estaba prohibido y la alegría se consideraba una anomalía, o incluso cosas peores, casi una infracción moral"
Estaría muy bien su disculpa si no fuera porque en su primer escrito asegura que tuvo esas impresiones: "Una lluviosa noche de otoño di un paseo por la ciudad..."
Y no, en los años 40 él aún no paseaba por ciudad alguna...
18 comentarios:
Por mucho que se viva en la costa, no se puede negar a una España del interior, y le guste o no a este mozo – con un modo de pensar más propio de un habitante de Beverly Hills que de Mallorca- situaciones como las que describe se dan a lo largo y ancho del territorio, ayer, hoy y siempre.
En cuanto a su “homenaje”, queda claro que no se ha leído ni los títulos de las obras que detalla la Wiki en la biografía de Miguel Delibes.
Y me voy a leer "El príncipe destronado", Don Miguel!.
Besitos!.
Gracias Almena, por ser de Madrid y apoyarnos. Y por comprender que las tipologías están desfasadas y que no hay lugares grises, sino personas sonrientes que pueden sentir la luz sin necesidad de verla.
Un saludo.
Estefanía
Uy qué gracia ¿no?
Parece ser que según y dónde se haya nacido ¿se es mejor persona que otra?
Vaya, vaya Almena pero no me suena de nada ese comentario...Mi euphemismus me lo guardo para la privacidad...
Y ambas debemos tener telepatía, pues tengo en la recámara mi pequeño tributo a D. Miguel desde hace días. Me encanta estar tan acompasada, no es la primera vez que me he llevado la sorpresa en la coincidencia de post (sin ponernos de acuerdo ni comentarlo) contigo ¿mellizas tal vez? :)
Besico!
Mientras leía no salía de mi asombro. Cómo se puede, ni siquiera, pensar esto?
Todas las ciudades tienen su luz y su encanto y todas su hermosura.
La verdad es que este señor Jordá, al que desconozco, se ha lucido en el articulito de marras y, a buen seguro, Don Miguel, le respondería con un articulo que se le iba a caer el pelo, si es que tiene.
Besos Almenita.
Deduzco; una vez leído el artículo, la distancia desoladora entre el maestro de periodistas con un irrepetible talento para contar que fue D. Miguel y el articulista que se pierde en sus propios y costumbristas jardines para decir y no decir, en un ejercicio muy legítimo pero lamentablemente, torpe… Delibes hacía literatura y el artículo del Sr. Jordá, revela un ensimismamiento en el tópico muy poco afortunado. El arte, casi por definición, es anacrónico… por eso sobrevive al creador. Y para concluir, una que vive en una vetusta ciudad, le recomendaría al Sr. Jordá que para disfrutar de la luz de una cuidad cualquiera, enriquezca el juego de miradas, matizándolas sin prejuicios, con los ojos atentos al mundo… y que no fuerce su ritmo mental, cuando se escribe de oído sobre un lugar, hay que demostrar alguna cualidad básica de buen observador y un dispasón más fino , no sea que nos ofusquemos con ensaimadas mentales y una frase desacertada nos meta en aprietos de palurdo.
Un besín
Las apreciaciones de Jordá sobre el autor castellano no irían más allá de una interpretación personalísima -que se puede compartir o no- del Universo Delibes si no fuera porque, a modo de apostilla, ha redactado un nuevo artículo donde, a fuerza de intentar justificarse ante las críticas recibidas, demuestra un pobre concepto de la capacidad para la comprensión lectora del prójimo.
Saludos (en día gris de maravillas pucelanas con Daniel el Mochuelo recortado en el horizonte).
Me dejó asombrada la interpretación que el Sr. Jordá hace de una ciudad como Valladolid. Da la impresión de que nunca estuvo en ella y si lo hizo no supo verla tal y como es, una ciudad con clase. Mal lo hizo cuando escribió el artículo y peor cuando quiso rectificar.
Buen artículo, gracias a ti pude enterarme de este desatino del Sr. Jordá.
Buen fin de semana.
Leo tratando de profundizar en lo que dice Jordà en el artículo y mi interpretación es otra, Almena.
Veo un ensalzamiento a la obra de Delibes y una crítica a que no sea leído.
Es cierto que hoy en día la vida ha cambiado y nos resulta difícil identificarnos con sus personajes, pero eso no quiere decir que estos no sean buenos de acuerdo con una época ya lejana.
Cuando habla del Valladolid gris, muestra una belleza nostálgica, abrazada a un riguroso invierno.
Para acabar diré que me entusiasma especialente uno de los personajes de la obras de Delibes. Repite constantemente a lo largo de la historia de que forma parte "milana bonita". Lo adoro, pero no me identifico con él. Lo encuentro profundamente gris, pero me enamora su belleza.
Gracias Almena, por la reflexión.
Quizá tu punto de vista es el acertado, Pilar. Y quizá mi reflexión es producto de una lectura poco profunda del artículo.
Puede que su autor sólo haya estado desafortunado en su exposición. En la forma más que en el fondo. No descarto esa posibilidad.
A ti las gracias.
A todos las gracias.
No sé yo, tengo dudas de que ese señor no paseara por los sitios en los años cuarenta: fíjate que todavía utiliza expresiones como "solteronas" para definir a un determinado grupo de mujeres que hoy en día ya tienen otro estatus y otras ocupaciones que no son espiar a los paseantes. No sé, no sé, igual es un señor muy mayor con un buen lifting.
Pero si se refería a como imaginaba la ciudad en otros tiempo, entonces su artículo está mal escrito, porque no lo especifica y se presta a estas confusiones.
Un beso, amiga
hola!
te invito a que pases por mi casa
dejare la puerta entreabierta..
te dejo un fuerte abrazo!!!
...y bueno, ahí sólo se ve lo que reflejan los ojos del que mira
Decían por ahí que cada uno pone lo que tiene dentro...
La verdad es que su mirada es un poco miope, no sabe apreciar la belleza de las ciudades del interior.
No obstante, tengo un recuerdo tenebroso de Valladolid: una exposición de cristos yacentes en el teatro Calderón. Nadie duda de la importancia del enorme patrimonio de imaginería sacra, pero tal concentración me produjo una angustia enorme y me pareció estar en una morgue.
Pues yo creo que el mismo Miguel Delibes obedecia muy bien con su perfíl humano, en su persona a Valladolid.Y una palabra que la define absolutamente: acogedora.Además de ser una ciudad donde se respira entrañabilidad y personalidad, algo que muchas ciudades luminosas y costeras han perdido en post del turismo...en fin que el señor Jordá se lo pierde...porque una ciudad no basta mirarla.Hay que vivirla.
Un abrazo
La ciudad remolonea a nuestro propio ritmo , y se despereza con nosotros.Que bien y bellamente lo dices.
Un abrazo
Os dejo el email que le mande al Sr. Jorda:
"Disculpa mi atrevimiento, pero ayer hablaban mis compañeros de trabajo de un artículo que había salido en el diario de Mallorca sobre Delibes, y lo hacían doloridos por cómo alguien había sido capaz de "retratar" asi su ciudad. Yo no soy de Valladolid, aunque vivo aquí... y me sorprendió que ellos que no suelen hacer ese tipo de manifestacíones sobre su ciudad, lo hiciesen. Hoy, ahora acabo de leer tu artículo, y tu "disculpa" posterior... Tengo la sensación de que "no cuela"... Me falta un punto y aparte antes de ese "¿Hay una ciudad más triste que Valladolid?" o un verbo conjugado en pasado...
Es probable que Delibes dibuje un mundo desconocido para muchos, pero tampoco creo que algunos de esos betseller que hoy se venda los lean unos chicos de menos de 20 años... Las personas a esas edades leemos otras cosas...
Estoy de acuerdo contigo en eso de que sobrevivir a una epoca tiene sabor agridulce... La diferencia entre El y un abuelo anónimo es que El tenía voz pública...
La sensación que tengo cuando he leido tus dos artículos es que vemos cosas muy distintas aunque tengamos en frente lo mismo... Seré de tu edad o más joven, conozco castilla, más otras zonas que la que dibujaba Delibes en sus libros, no me identifico con Valladolid, he leido alguno de los libros de Delibes, y pienso que aunque nunca será uno de mis escritores favoritos, sus libros seran "narradores " de una epoca de la historia castellana...
Sólo quería decirte, que involuntariamente o no, has conseguido que algunos que permanecen aletargados, sean capaces de despertarse...
El fin de semana pasado, yo comentaba con unos amigos, que parecía que se hubiese muerto el rey en Valladolid.. y preguntaba si ese despliegue de calor ciudadano, se podría repetir por otra persona... Nadie, me contestaron..
Quiza no se posible entender Delibes sin Castilla, sin Valladolid... pero tampoco es fácil entender Valladolid sin Delibes.
Espero no haberte molestado. No era esa mi intención."
Bueno yo no soy de Valladolid, ni lo conozco porque aún no he podido ir, pero mi padre guarda grandes recuerdos de allí, y no me parece justo ni para sus recuerdos ni para la gente que vive allí que este señor haga este tipo de artículos. Además no creo que a Delibes le hubiera gustado este "homenaje". Besos y gracias a ti Almena por hacernos llegar este artículo,. Besos
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