23 mayo 2010

Libro prestado... 221 años

"Cuando prestamos un libro, se siente tan ofendido que ya no vuelve a nuestra casa" dice el proverbio.

Pero aquí está la tozuda realidad para desmentir refranes y proverbios. O quizá para dar la razón al "libro vagabundo" que cuenta su vida en el post anterior, pues intuyo que el que hoy es noticia también ha tenido una vida digna de ser contada. Y es que no todos podrían alardear de haber estado en manos del primer Presidente de EEUU. O quizá nos revelara que acostumbraba a marcarlo doblando la página... cosa que a los libros les sienta fatal.

"The Law of Nation", llevaba 221 años perdido después de que la biblioteca más antigua de Nueva York lo prestara el 5 de octubre de 1789 al primer Presidente de los EEUU George Washintong. Ahora ha sido devuelto a su casa. Allelluia.



17 comentarios:

Una mirada... dijo...

Pobre don George, a estas alturas de la historia vienen sus paisanos a sacarle los colores...
Sería interesante conocer si le siguieron prestando libros.

Curiosas -y entretenidas- noticias las que nos haces llegar.
Saludos (con aroma a volumen de librería de viejo).

. dijo...

Dicen que nunca es tarde si la dicha es buena, claro que esta vez se pasaron varios pueblos. Un año más y... la galleta que se pide por su número!

Un besito, chati.

Eloise Kelly dijo...

Yo le tengo una manía a una petarda que tiene un libro mía desde hace 7 años y lo malo es que NO puedo pedírselo ...


Un besote guapaaa

AleMamá dijo...

Más vale tarde que nunca.....

maria jesus dijo...

Menos mal que apareció

Trini Reina dijo...

Pues, bien está lo que bien acaba:):)

Ducen que no se han de prestar ni los libros, ni los coches, ni las novias:):) Yo sólo tengo libros y a mi me gusta prestarlos y siempre me los han devuelto.

Besos

Marian dijo...

Tomo nota de esa "Aventura del libro vagabundo", seguro que resulta muy apropiado para una tertulia en la que participo y que fomenta la lectura.
Respecto a este otro del que das noticia, más que vagabundo "despistado" por el mismísimo George.
Un besín

Anca Balaj dijo...

Para que veas, nadie está libre de pecado. A ese George le decía yo cuantro cosas, porque me revienta que esto suceda (y más cuando se trata de mis propios libros).

Un besazo

Pilar dijo...

Lo peor que se me ocurre es preguntar...¿Lo leyó?

Qué cosas encuentras, Almena!

Enrique Sabaté dijo...

Quien esperaba turno para leerlo ya puede pasar por él.

salud

Blog de alma dijo...

libros nómadas que recorren mundos y gentes...

Leodegundia dijo...

Prestar libros es darles muchas oportunidades a no volver a verlos, pero de todas formas yo sigo prestándolos.
Por cierto, ya me compré "Las aventuras de un libro vagabundo".
Un abrazo

Chesana dijo...

Me has hecho recordar cuando yo era estudiante: entonces iba mucho a la biblioteca por aquello de que prestaban (y aún lo hacen) libros. Hacía ya dos años que había terminado los estudios y llegó una carta a mi casa donde me reclamaban un libro que efectivamente tomé prestado, o su importe. Reclamé puesto que lo devolví en su momento, pero como no pude desmostrarlo, se me cobró. El culpable de tal desasosiego había "desaparecido" de la biblioteca tres años antes de que a quien se lo entregué se le olvidara "descontármelo".

Bonita historia la del amigo George.

mixtu dijo...

me gusta emprestar livros, ayer lo empreté uno...
es para ser lido... paar el livro puesa vivir...

:)

abrazo serrano

natalia guerrero dijo...

Bueno más vale tarde que nunca. Jajaj, la verdad es que a mí me cuesta mucho presta los libros y sólo se los dejo a amigos de confianza. Besos

Umma1 dijo...

Volvió...
El libro se sentirá cómodo retornando, luego de tanto tiempo?

(Yo señalo la página dobl´ndole la esquinita... Mis libros jam´s protestaron ;))

Saludos

Franziska dijo...

Los pobres libros que duermen en las estanterías durante años y años sin que nos demos cuenta de su presencia y muchas veces de su ausencia. Es curiosa la historia que cuentas y en las bibliotecas te podrían contar cientos de casos, no de personajes tan importantes, por supuesto, pero muy curiosas. A mi me gusta prestar libros porque creo que van a disfrutar de él tanto como yo, pero sucede con mucha frecuencia que no retornan. Quien no te devuelve un libro en quince días, no te lo devolverá nunca porque no lo va a leer y por lo tanto lo tendrá en una estantería donde lo olvidará.

Un abrazo.